Cuando Me Rompieron El Corazón

Esta es una historia muy trágica que me sucedió cuando iba en la preparatoria. Y como el 14 de Febrero se acerca decido contarla. Haré mi mejor esfuerzo por contarla sin quebrar en mortal llanto.
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Aquí una foto posando en el salón donde se desarrolla la tragedia.

Aquí una foto posando en el salón donde se desarrolla la tragedia.

Estaba yo en segundo de prepa, y se acercaba el 14 de Febrero. Todos los maestros tenían actividades relacionadas a la fecha. En mi clase de Inglés Avanzado teníamos a un maestro prieto y bien jotito que decidió dejarnos una tarea alusiva a San Valentín: Llevar regalos a nuestros compañeros. Entonces, siendo la buena persona que soy ERA, decidí hacer corazoncitos de fomi para regalar a mis compañeros.

La noche anterior al GRAN día me puse a hacer mis corazoncitos. YO mismo los recorté, les hice un hoyito por donde atravesé un listón dorado y les hice un moño; así bien preciosos. Seguro mi profesor iba a estar encantada. De repente una ESTUPENDA IDEA se me ocurrió: ¡Voy a ponerle quotes de películas de amor! ¡A huevo! “GAD’ DAMN!” grité como Uma Thurman en ‘Pulp Fiction’. Iba a ser el mejor regalo de TODO el salón. Casi lloro de lo inteligente que era. En fin, acabé los pinches corazones ya pasada la media noche. Tenia las manos entumecidas y uno que otro dedo cortado porque siempre le pasaba al otro canal cuando salía Cositas en el 5. Pero no importaba el dolor y el cansancio, yo estaba muy feliz con mi trabajo.

El programa que EVIDENTEMENTE nunca vi.

El programa que EVIDENTEMENTE nunca vi.

Al día siguiente mis compañeros me preguntaban “Wey, ¿tu qué trajiste para la clase de inglés?” y yo les contestaba “Fuck, wey! ¡NADA! ¡Se me fue el pedo!”. Y ellos decían “¡JAJA, wey! ¡Ya valiste verga!*”. Pero lo que no sabían, es que mi regalo estaba esperando con ansia en el la bolsa secreta de mi mochila**. ¡Yo no podía de la emoción!

La hora de inglés llegó y yo corrí al salón de clase. Y puse sobre mi butaca la bolsa negra donde traía los corazoncitos. “¿No que no traías nada?” me preguntaban. ¡Jajá! ¡Te pillé!” les contestaba, y se retiraban riendo de su ingenuidad (Supongo). En eso, la hora de repartir la tarea llegó. Un compañero nos dio a cada uno un chocolate Kiss (Jaja, que pendejo); una compañera nos había escrito a cada quien una tarjeta de San Valentín y nos las dio, “Shit! Esta vieja es buena” pensé. Pero seguro mis corazoncitos están más cool. Y en eso algo horrible pasó. Otra compañera nos había traído cupcakes. ¡CUPCAKES! ¡¿QUIÉN PUTAS LLEVA CUPCAKES DE TAREA?! Y ahí fue cuando empecé a dudar de la grandeza de mi regalo.

Más o menos así eran mis corazoncitos... sólo que de fomi.

Más o menos así eran mis corazoncitos… sólo que de fomi.

Los compañeros fueron pasando y pasando a estregar sus regalos uno por uno. Y ya para cuando llegamos a mi fila yo ya tenía en mi butaca letreritos, cartas, chocolates, dulces, tarjetas y el cupcake de la pendeja esa. La bolsa donde guardaba mis corazoncitos estaba sobre mi regazo, un poco arrugada por mis nerviosos dedos. Ya no los quería entregar. ¡PINCHES CORAZONCITOS ERAN UNA BASURA comparada con los cupcakes red-velvet y los Ferrero que me habían dado! ¿Escribirles citas de películas de amor? ¡No mames! ¡Que pendejada! ¡Pinche Alberto idiota! ¿Y si les digo que no traje nada? ¡NO! Obvio ya todos habían visto la bolsa de mis corazoncitos. Ni modo, tendré que darlos.

“Alberto. You’re up!” me dijo Juanga. Me paré y con manos temblorosas empecé a repartir mis corazoncitos de fomi con las ESTÚPIDAS citas de películas de amor a mis compañeros. Uno por uno las recibieron. “¡Wow!”, “Aww, ¡Beto!”, “Jajá, ¡Que padre!” me decían. Y sonreían cuando leían la cita y la reconocían de sus películas favoritas. “No mames ¡SOY EL PINCHE STEVE JOBS DEL AMOR Y LA AMISTAD!” pensé. Y si me seguían temblando las manos, era de la emoción que sentía en esos momentos. Acabé de repartir el último corazoncito y me fui a sentar a mi butaca con una sonrisa que sólo se iba a repetir un par de años, cuando vencí a Noel. Le di un mordisco al cupcake, ¡JAJA! ¡Ni estaba tan bueno, pendeja!

Una foto mía. Feliz, antes de que destrozaran el corazón.

Una foto mía. Feliz, antes de que destrozaran el corazón.

La hora de la salida llegó y partí a mi auto***. Y casi al llegar al estacionamiento, a un lado del bote de la basura había un corazón. “¡Uff! A algún pobre perdedor le rompieron su corazón.” ingenuamente pensé. Pero al acercarme me di cuenta que había algo escrito en el corazón ” You had me at hello ”. “¡NO MAMES, es mi corazoncito!” dije. Rápidamente lo levanté del suelo y alguna macabra deidad superior hizo que me asomara dentro del bote. Nunca había sentido tanto terror. Ahí, en el fondo del bote de la basura, estaban varios de los corazoncitos de fomi. MIS corazoncitos de fomi que había hecho con tanto cariño. ¡Malditos! ¡MALDITOS SEAN POR SIEMPRE!

Fue ahí, mientras caminaba cargando mis ahora sucios corazoncitos de fomi hacia el auto, que decidí NUNCA JAMÁS regalar NADA en esa terrible fecha.

Borro las caras de estas posibles sospechosas para proteger su integridad. (Don't mind the moustache)

Borro las caras de estas posibles sospechosas para proteger su integridad. (Don’t mind the moustache)

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Muchas gracias por leer esta terrible tragedia de San Valentín. Ojalá no les pase a ustedes.

Disclaimer:

Les juro que sí era cool en la prepa. ¡LO JURO!

* Estudié mi preparatoria en Oaxaca de Juarez, Oax.
** Las mochilas con muchas muchas bolsas y compartimientos secretos estaban de moda en el 2008. … quiero creer.
*** En ese entonces tenía auto. Who would’ve tought?